A sus 75 años, Juan Carlos de Borbón se enfrenta a su peor momento. Los sucesivos escándalos relacionados con el monarca que se han ido encadenando desde que en noviembre de 2011 estallara el caso Nóos y de que un mes después fuera imputado su yerno Iñaki Urdangarin, han actuado como una devastadora apisonadora sobre la credibilidad y la confianza que hasta hace apenas unos años inspiraba la jefatura del Estado para la mayoría de los españoles. Así lo han demostrado los diferentes estudios sociológicos que se han ido realizando desde entonces, y que han ido registrando ese declive de la monarquía a medida de que iban estallando unos y otros casos. Tras la publicación de la imputación de Urdangarin hace apenas un año, en abril de 2012, un accidente obligaba al rey a confesar que se había desplazado en secreto hasta Botsuana participar en una cacería de elefantes. Poco después se conocía la sorprendente relación del monarca con la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, y a medida de que pasaban los meses el cerco se fue cerrando hasta que el pasado día 3 fue imputada una de las hijas de Juan Carlos de Borbón, la infanta Cristina, por estar supuestamente al corriente de los sucios negocios de su marido.Las encuestas publicadas durante todo ese periodo no han podido ser más significativas. Ya en noviembre de 2012, el diario ABC, manifiestamente favorable al rey, publicaba un estudio que apuntaba a que tan sólo el 45,8% de los españoles creían que el mantenimiento de la monarquía reforzaba la democracia en España, si bien enfatizaba en el hecho de que Juan Carlos de Borbón contaba con el respaldo del 55% de los consultados. Y hace apenas cinco días, El País difundía otro -realizado antes de que se conociera la imputación de Cristina de Borbón- en el que se constataba el desplome de ese apoyo, siendo más -53%- los que desaprobaban al monarca, que los que le aprobaban -42%-.
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