Espectacular. Ésa es la palabra que más se aproxima a la hora de definir la carrera, la inmensa carrera, que ha hecho Fernando Alonso parar lograr llevarse la victoria en el GP de China. El asturiano se ha quitado de encima el mal sabor de boca que le dejó la salida de Malasia y ha vuelto a disfrutar del dulce aroma de un inmenso triunfo en Shanghái para subirse a lo más alto de un podio completado por Raikkonen y por Hamilton. Desde el primer momento se notaba que Fernando tenía hambre. Se notaba que Alonso quería desquitarse y estaba motivado para ponerse al volante de un monoplaza que está diseñado para ganar el Mundial, que está diseñado para que el asturiano logre su tercer título de pilotos y el primero con Ferrari. Y que está diseñado, en manos del bicampeón, para adelantar a todo aquel coche que intente pararle sobre la pista. Y es que el show de adelantamientos que dio Alonso es de esos que hacen época. Sobre pista, como debe ser, fue como adelantó el asturiano a los cuatro campeones del mundo. El primero fue Raikkonen, al que se quitó de en medio en la salida. Luego le tocó el turno a Hamilton y para terminar hizo lo propio tanto con Button como con Vettel en dos ocasiones.
domingo, 14 de abril de 2013
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Extra Domingo | Gooder | Alonso da un auténtico recital en Shanghái y se lleva la victoria del GP de China
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