Cuando se come fuera de casa, el menú es mucho más extenso y ofrece platos de todo tipo, incluyendo raciones extra de fritos, rebozados y grasas. Con tantas tentaciones, a veces es complicado elegir y, cuando llega el postre, las calorías ingeridas ya superan con creces las que se toman habitualmente en el comedor propio.
En el caso de niños y adolescentes, caer en este 'descontrol' es aún más fácil, tal y como demuestra una investigación estadounidense.
Según sus datos, publicados en la revista 'Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine', en general los chicos ingieren una dieta de peor calidad y consumen más calorías y refrescos los días que comen en restaurantes, ya sean convencionales o cadenas de 'fast food'.
No hay comentarios:
Publicar un comentario