Investigadores de la Universitat de València han descubierto que algunos insectos disponen de un sofisticado mecanismo para contar, una habilidad cognitiva que hasta ahora se creía exclusiva de los animales vertebrados. Es una de las conclusiones a la que ha llegado un grupo de científicos del Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva de la UV y de la Universidad de Oxford en un trabajo publicado en la revista Frontiers in Psychology, según una nota de prensa de la Universitat. El estudio revela que el macho del 'tenebrio molitor', comúnmente conocido como escarabajo de la harina, es capaz de contar el número de machos rivales con los que compite por una hembra antes de aparearse. De este modo, los machos de esta especie ajustan el tiempo dedicado a vigilar las hembras tras la cópula en función del número de rivales presentes. Así, los mecanismos basales en los que se sustenta la habilidad humana para contar están más extendidos en el reino animal de lo sospechado, sostiene la investigación. Según explican los expertos, los machos de este coleóptero se enfrentan a una "dura competición" por fecundar a las hembras ya que, tras el apareamiento, corren el riesgo de que otros machos rivales copulen con la misma hembra y desplacen su esperma por completo.
domingo, 20 de enero de 2013
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Los insectos también saben contar
Investigadores de la Universitat de València han descubierto que algunos insectos disponen de un sofisticado mecanismo para contar, una habilidad cognitiva que hasta ahora se creía exclusiva de los animales vertebrados. Es una de las conclusiones a la que ha llegado un grupo de científicos del Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva de la UV y de la Universidad de Oxford en un trabajo publicado en la revista Frontiers in Psychology, según una nota de prensa de la Universitat. El estudio revela que el macho del 'tenebrio molitor', comúnmente conocido como escarabajo de la harina, es capaz de contar el número de machos rivales con los que compite por una hembra antes de aparearse. De este modo, los machos de esta especie ajustan el tiempo dedicado a vigilar las hembras tras la cópula en función del número de rivales presentes. Así, los mecanismos basales en los que se sustenta la habilidad humana para contar están más extendidos en el reino animal de lo sospechado, sostiene la investigación. Según explican los expertos, los machos de este coleóptero se enfrentan a una "dura competición" por fecundar a las hembras ya que, tras el apareamiento, corren el riesgo de que otros machos rivales copulen con la misma hembra y desplacen su esperma por completo.
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