Los efectos de dejar de fumar se notan en la piel al mes de abandonar el hábito tabáquico, según ha asegurado la experta de los Centros de Tratamientos Estético-Médicos Felicidad Carrera, Leticia Carrera.
A su juicio, parar el consumo de cigarrillos hace que la piel rejuvenezca y que aparezca "más luminosa e hidratada". Para la también responsable del módulo de Dermocosmética del Máster de Medicina Estética de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, la mejora de su calidad "se nota muchísimo".
Por el contrario, los fumadores que persisten con este hábito encuentran en él "un potente oxidante que produce radicales libres y el envejecimiento prematuro de la piel", indica. Sus efectos en la dermis son diferentes en función de la persona, ya que las que presentan una piel seca "tienen menos luminosidad y una piel grisácea, fina, mate y con falta de densidad, además de padecer de arrugas prematuras", señala.
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