Altos, guapos, inteligentes, valientes... Los superhéroes no suelen tener defectos y siempre saben lo que hay que hacer. Ya sea para salvar al mundo de las garras del villano o para elegir la opción más conveniente del menú.
Por eso, utilizar su figura para promover una alimentación saludable podría ser una buena estrategia para combatir la obesidad infantil, tal y como sugiere una reciente investigación.
Eso sí, no basta con que Batman, Spiderman o Superman alaben las bondades de un determinado producto -como hacía Popeye con las espinacas-. Para que el mensaje saludable cale, hay que ahondar un poco más en la psicología infantil y hacer que su cabeza se ponga en marcha.
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