La verdad es que no es una cosa que practique todo el mundo, pero en el caso de que tengas estas peculiares prácticas como afición, y que encuentres el morbo en tocar la zambomba (ya nos entendemos) en público, aunque no te mola nada que acaben escupiéndote por pervertid@, ya tienes una solución. Además, los solterones que viven en casa de sus padres pueden encontrar en este gadget una excusa para los momentos en que los progenitores les pillan en plena faena: “Mamá, solo estoy jugando a indios y vaqueros. ¿No ves la tienda de campaña?”.El prototipo está a punto de llegar al mercado, aún no sabemos el precio ni si nadie se atreverá a usarlo (porque, ¿acaso no será evidente que el movimiento del brazo de quien lo use es un poco sospechoso?), pero la verdad es que hay que darle puntos al inventor, por haberse atrevido a sacar este artilugio.A lo mejor, gracias a este invento, nace una nueva manera de ligar: ponerse el armatoste encima con un cartel en el que ponga “¡SORPRESA!” y que meta la mano quien tenga curiosidad.
Y a ti, ¿te parece un invento útil?
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