Seguro que usted aún recuerda (con horror) el trance de tener que ponerse un supositorio. Hoy en día (afortunadamente, pensarán muchos) esta vía de administración de fármacos ha pasado prácticamente a mejor vida.
"Llegaron a tener una importancia tremenda", admite Marichu Rodríguez, presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac), "eran muy habituales en la década de los setenta", aunque su existencia se remonta a muchos siglos atrás. "El supositorio es una forma antiquísima de introducir medicamentos en el organismo, que usaban ya los egipcios y, sobre todo, la cultura mesopotámica", explica el catedrático de Farmacia de la Universidad Complutense Francisco Javier Puerto; "aunque no fue hasta principios del siglo XIX cuando comenzó su preparación semi industrial".
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