El simple gesto de mirar una etiqueta puede ahorrarnos más de un susto no deseado, pero son pocos los que se molestan en hacerlo. La mayoría se fijan en la talla o el diseño del disfraz, pero pocos miran la composición de los tejidos o quién es el fabricante y si cumple con la normativa europea.
Estas madres buscan una careta para sus hijos y tienen en cuenta que los orificios de la nariz sean lo suficientemente grandes. Es importante que la calavera, el vampiro o el fantasma de turno no ahogue o intoxique a sus hijos, como las caretad que no tienen orificios.
Este año se ha puesto de moda la sangre artificial.
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